El agua de mar se puede y se debe consumir, de preferencia con la elección adecuada del lugar de extracción, peferentemente en puntos del océano denominados Vórtex fitoplanctonicos, donde existe una elevada riqueza mineral que favorece la aparición de fitoplancton y zooplancton. Según los estudios de Maurice Aubert, estos sustratos minerales disueltos en el agua de mar son fácilmente asimilados por el organismo humano.
Salinidad (hiperosmolaridad):
Existe una gran diferencia de Salinidad entre los microbios capaces de contaminarnos (humanos, terrestres y aéreos) y los del agua de mar.
Nuestro microbios son de una salinidad e 9 por mil y por tanto no pueden vivir en un medio cuya Salinidad sea superior (se deshidratan y mueren), el mar tiene una Salinidad de 36 por mil, por esto, no sé producen contaminaciones microbianas bebiendo agua de mar…
Microorganismos marinos: la abundante microbiota marina es un factor muy eficaz de descontaminación del mar, que fagocita cualquier microbio de procedencia accidental terrestre o humana. Varias investigaciones reportan el poder bactericida y descontaminante de las bacterias marinas.
Dispersión Marina: el mar está en constante movimiento, lo que impide que se mantengan unidas las colonias de microbios, el mar las dispersa y diluye, y si al analizar el agua encontramos algún resto, este sería tan insignificante que quedaría por debajo de los valores marcadores de infección.
Ph alcalino: cómo las enfermedades prosperan en un medio ácido, no resulta fácil para los patógenos humanos sobrevivir y mantenerse activos y virulentos en el agua de mar alcalina, cuyo ph es de 8.4.